Hoy me voy a la cama agotado y
entusiasmado al mismo tiempo. Caminando entre cabezadas como un zombie, en
lugar de cerebros, busco con ansia la cama. Ha sido un día duro desde que salieron
los primeros rayos de luz, desde entonces y a lo largo del día, Ray y yo hemos
estado tanteando a los ancianos que nos parecían aptos y les hemos citado para
la noche.
Más tarde, cuando han apagado
todas las luces, nos hemos reunido en la habitación de Ray. Allí, tras exponer
nuestras intenciones, hemos tomado nota de las cualidades de cada uno para que
Ray pueda encargar a su empresa unas herramientas adecuadas. Por ejemplo
Roberto, dispondrá de un nuevo andador propulsado y totalmente equipado para
atrapar e inmovilizar. Leonor irá armada con un bastón ligero pero a la vez
duro como el acero, el mismo también irá dotado de un disparador de balas
capaces de dejar inconsciente a cualquiera que se vea alcanzado. Y así hasta un
total de seis miembros; Ray, Leonor, Roberto, Julius, María y yo mismo.
Al decidir sobre cuál sería
nuestra forma de actuar frente a delincuentes, nos hemos puesto de acuerdo enseguida.
La justicia es muy ambigua, y demasiadas veces depende más del tamaño de la
cartera de quien es juzgado que del propio crimen cometido. La edad nos ha dado
a todos la experiencia suficiente como para saber lo que es justo y lo que no,
y será precisamente en esa experiencia en lo que nos basemos para juzgar
nuestros actos. Si la haces la pagarás sin importar los ceros de tu cuenta de
ahorros. Si mereces un castigo, nosotros te lo daremos sin mirar quién es tu
padre o a quien conoces. Y usaremos todos los medios a nuestro alcance para que
cambies de actitud, al fin y al cabo, somos ancianos y tenemos la sabiduría
necesaria para aleccionar a los más jóvenes.
A la hora de decidir el nombre
del grupo hemos tenido algunos problemas, ya que la mayoría tiraba de nombres
demasiado clásicos como Justice Group o Revengers. Nombres que ya han sido
utilizados antes por antiguos superhéroes. En ese punto, tanto Ray como yo
hemos sido inflexibles. Nosotros no somos superhéroes. No tenemos superpoderes,
y tampoco una enorme responsabilidad. Nuestra intención es cambiar el mundo más
por servir de ejemplo que por nuestros propios actos. Queremos que se hable de
nosotros como algo nuevo, algo especial. No queremos que se nos confunda con
nuevos superhéroes renacidos para salvar al mundo. El mundo está tan jodido,
que ni todos los superhéroes del globo podrían darle la vuelta a la tortilla.
Es la gente de la calle la que puede lograr un cambio. Gente normal y
corriente, con debilidades y sin grandes habilidades. Eso es lo que queremos
resaltar, que cualquiera puede hacer algo para mejorar el lugar en que vivimos.
Por esto, hemos querido nombrar a nuestro grupo con un nombre sencillo, un
nombre que no haga pensar en fuerzas superiores, sino todo lo contrario.
Una vez explicado este punto,
todos han estado de acuerdo al oír el nombre. Desde ésta misma noche, daremos
comienzo al cambio bajo el nombre de: La Liga de los Jubilados.
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