Leer antes de usar.

A todos aquellos que entran por primera vez debo decirles que, aunque la mayoría de las "aventuras" de Jubilated Man se pueden leer por separado debido a que son historias cortas, es recomendable comenzar desde el "día 1" e ir siguiendo el orden, pues es posible que en alguna historia se haga mención a hechos o personajes que podrían haber aparecido en "días" anteriores. También quiero aprovechar para advertir, que el lenguaje usado por nuestro personaje, podría no ser apto para sensibles y/o menores de edad. Sin más, les dejo con Jubilated Man. Disfruten cada domingo de una nueva página del diario.

domingo, 24 de mayo de 2015

Día nueve.

Hoy los de la residencia nos han llevado a todos a dar un paseo por el nuevo centro comercial, inaugurado hace una semana a tan sólo dos calles del asilo. Ha sido un día digno de recordar.

Primero hemos asistido a una conferencia en la que nos han soltado un rollo sobre disfrutar del tiempo cuando ya no tienes nada que hacer. Lo gracioso es que la conferencia la daba un tipo al que aún le quedan muchos años con mucho por hacer.

Después del tostón nos han dado libertad para pasear a nuestras anchas. Ray y yo hemos comenzado a charlar de los viejos tiempos mientras paseábamos por allí, criticábamos el que hoy día no haya ningún súper grupo para salvarle el culo al planeta. El último grupo se separó hace más de quince años, cuando Trauma-Girl pilló a Puño de Oro en la cama con Rosa Escarlata. Desde entonces, los pocos superhéroes que aún ejercen, lo hacen por libre.

Charlando hemos parado a comprar unas latas de refresco, sin gas por supuesto; es curioso lo mal que me sienta el gas ahora cuando antes prácticamente, todo cuanto bebía tenía más burbujas que líquido...

En fin, íbamos tranquilamente pasando junto a las tiendas cuando, de pronto, ha salido un tipo corriendo de una joyería. Tras él, el dueño salió pidiendo ayuda a gritos.

De forma instintiva, Ray ha acelerado su silla para perseguir al mangante y yo, he realizado un lanzamiento alto de lata de refresco. El impacto contra la cabeza del chorizo ha resonado por todo el centro comercial, acallando hasta el mismísimo hilo musical. Pese a ello, la fuerza con la que lo he lanzado no ha sido suficiente para detener al ladrón, que ha seguido corriendo tras sólo unos segundos de confusión.

Ray le seguía de cerca con su silla de ruedas modificada a una velocidad sorprendente pero, aún así, el caco le sacaba ventaja a cada zancada. El cabrón, en lugar de un chorizo parecía un maratoniano a juzgar por cómo corría.

Estaba a punto de escaparse, pero entonces ha entrado en juego Leonor. Con su metro sesenta y dos de estatura, sus piernas y brazos escuálidos y arrugados, y sus gafas de culo de vaso, se ha plantado delante del ladrón, bastón en mano y mirada asesina.

El tipo ni siquiera lo ha visto venir. Cuando se ha fijado en la presencia de Leonor ya era tarde. Ella ya había comenzado el movimiento que acabaría partiendo en dos el bastón en la cabeza del chorizo, que se ha desplomado en el suelo al instante. Luego todo han sido vítores y alabanzas hacia la heroína del día.

Más tarde, ya en la residencia, Leonor nos ha contado a mí y a Ray que lo que la ha hecho actuar así, ha sido ver cómo nosotros hemos tratado a su vez de detener al ladrón. Eso le ha dado fuerzas de hacer algo que para ella hubiera sido impensable de no tener un ejemplo a seguir.


Puede que sea una tontería, pero esto me da la idea de que quizá sea éste un buen momento para iniciar un nuevo súper grupo, aunque ninguno tengamos súper poderes. Al fin y al cabo, tenemos que disfrutar del tiempo ahora que no tenemos nada que hacer...

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