Esta noche me acuesto tarde tras
pasar horas hablando con Ray. Me ha contado cómo se convirtió en Gamma-Ray, que
es algo que nunca le había contado a nadie, y la verdad es que me ha
sorprendido bastante.
Desde que lo vi por primera vez
en las noticias me lo imaginé como un científico chiflado por la tecnología.
Alguien con la inteligencia suficiente como para construirse un traje
robotizado como aquél, tenía que serlo... Nada más lejos.
Ray siempre había sido el típico
chico que pasa desapercibido. Tímido, encerrado en su mundo y siendo ignorado
por el resto de sus compañeros, ni siquiera le usaban como objeto de burla. Se
movía por el mundo como un fantasma sin hablar con nade. Acostumbrado a su
soledad, solía pasar tardes enteras paseando por el bosque. Simplemente le
gustaba caminar, sentir que todo lo que le rodeaba estaba vivo y le hacía compañía.
Aquella tarde iba a ser como
muchas otras, un largo paseo por el bosque, un descanso tumbado sobre las rocas
junto al lago, ver ponerse el sol y disfrutar de las estrellas hasta la hora de
la cena. Pero cuando la noche comenzó a caer, ocurrió algo que cambiaría su
vida para siempre.
Permanecía tumbado admirando la
infinidad de estrellas cuando percibió que una de ellas parecía moverse. Era
como si se acercara cada vez más, pero era tan pequeña que resultaba casi
imperceptible. Trató de frotarse los ojos, pensando que era más cosa de su
vista cansada que de algo real y, cuando volvió a abrirlos, algo cayó al lago
haciendo un ligero chapoteo. Ray miró y comprobó por las ondas que se habían
formado que, efectivamente, algo pequeño había caído al agua. Entonces vio
brillar un objeto en el fondo.
Hizo lo que todo joven
inconsciente hubiera hecho; tirarse al agua para ver qué era. Buceó hasta
alcanzar el origen de la luz y comprobó que era un pequeño fragmento de metal
que brillaba como una estrella. Con él, volvió a la superficie. Y nada más
salir del agua, del pequeño objeto surgió un fino punzón que se le clavó en la
palma de la mano. Dolorido trató de soltar el objeto, pero éste se había
aferrado con mucha fuerza. Cuanto más tiraba para sacarlo, más se clavaba el
metal, introduciéndose bajo su piel cada vez más. Cuando no pudo soportar más
el dolor, se desmayó.
Entonces sintió como si su
cerebro se conectara a una base de datos y, automáticamente, supo que el
extraño metal que ahora formaba parte de él, tenía vida propia. Era una forma
de vida extraterrestre y su nombre era Gamma. El ser era un simbionte que
necesitaba de un anfitrión para vivir, a cambio ofrecía protección al cuerpo
que ocupaba. Podía cubrirlo de metal extra resistente, como si de una armadura
se tratase. Gamma era puro conocimiento estelar y ese conocimiento también pasó
a formar parte de Ray. Desde ese momento, Ray no volvería a estar sólo jamás.
En su mente, siempre conviviría con Gamma y juntos, serían Gamma-Ray.
Ahora, con un cuerpo agotado y
viejo, Gamma necesitaba cambiar de anfitrión y hace unos años le abandonó
dejándole con una biblioteca de conocimientos sobrehumanos. Pero
desgraciadamente, ni todo el conocimiento del cosmos puede evitar que te
sientas solo, y en un sitio como éste, la soledad está a la orden del día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario